¿Cuándo decidiste ser escritora?
Suena demasiado rotundo, poco más que hacerse astronauta. Lo primero que se decide es ser lector, devorador de etiquetas de champú, prospectos de farmacia…un día, sin pretenderlo, una lee algo que le encantaría haber escrito. Cuando las envidias sanas son tantas que surge la caradura y el exhibicionismo de mostrarlo, se está en el camino de convertirse en escritor. Somos tantos…
¿Qué tipo de novelas son las que más te gusta escribir?
Soy lectora empedernida de novelas, sobre todo hispanoamericanas contemporáneas. Escribirlas ya es otra cosa. Lo mío es más bien el relato y el microcuento (supongo que lo más cercano a lo poético). No tengo la voluntad de sacricio ni la constancia del novelista aunque los admiro profundamente.
¿Cuál ha sido tu último libro?
«Allanamiento de morada»
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¿Cómo se te ocurrió la idea de escribir tu último libro? ¿qué te inspiró?
Bueno, a una poeta la inspira la vida misma con sus aceras y transeuntes. En este caso concreto, la constatación de que había hecho ocho mudanzas en quince años y había perdido y ganado de algún modo tantas cosas y seres por el camino. Escribir es una forma de perpetuarlos.
Algunos creen que la vida de los escritores se reflejan en su obras ¿qué parte de ti se ha quedado en la novela?
Tan peligroso es el autobiografismo a ultranza como escribir sobre las pompas de jabón que deambulan por el cosmos. La gente «normal» se deshace de lo viejo donándolo a la parroquia o abandonándolo en un contenedor; los «traperos» como yo no tiramos nada, reciclamos las lágrimas y el humor negro y un día lo devolvemos al mundo en forma de metáfora. Dicen los que tienen el valor de tratarnos que a lo mejor por eso es tan peligroso tenernos como amigos
¿Qué opinas de los soportes digitales para la lectura?
Son un formato más que han creado nuevos lectores, nuevas situaciones de lectura antes impensables. No matarán al libro de papel, sin embargo. Lo físico tiene su estética, sus ritos y costumbres. Hasta su olor y textura característicos…
¿Te relacionas con tus lectores a través de las redes sociales?
Mucho. Nunca dejará de sorprenderme que me lean lectores chinos cinco minutos después de haber colgado un poema recien nacido o que tenga casi más lectores norteamericanos que españoles (o quizás no; doy clase de literatura en un instituto de secundaria y conozco el paño). Me hace mucha ilusión tener lectores adolescentes
¿Cuál ha sido el último libro que has leído?
«El olor de la guayaba», una larga entrevista escrita a García Márquez por uno de sus amigos y colegas. Nunca me deja indiferente a pesar de los años.
¿Quién es tu escritor favorito?
La pregunta del millón y más comprometida. Nombraré unos cuantos sabiendo que me quedaré corta: García Lorca, Cernuda, García Montero, los autores del siglo de oro español, Vargas Llosa, por supuesto Cortázar…no se le puede preguntar esto a bocajarro a una filóloga hispánica.
No quisiera olvidar a poetas actuales como Lola Almeyda, Saray Pavón, Lola Crespo, Mª Jesús Soler y tantos otros que desde ahora me negarán el saludo por la calle. De los novelistas me quedo con el irreverente Marcos Gualda, que siempre está escribiendo algo en secreto como los alquimistas buscaban la piedra filosofal.
Si pudieras escoger sólo un libro ¿Cuál escogerías?
No podría. No soy mujer de un solo tomo. Soy promiscua lectora por naturaleza
Punto final. ¿Quieres añadir algo a modo de despedida?
Que es una lástima que los poetas sean imaginados por el gran público siempre del mismo modo aferrados a una pose y con el prejuicio de oscuros e introvertidos.
Hay un poeta (o miles) para cada lector y la cuestión está en buscarlos por la red apartándonos un rato de las listas de ventas. Hay propuestas tan interesantes en las agendas culturales de tantos sitios que es una pena quedarse tan solo con un rostro mediático.