Vísperas. Revista contemporánea de reseñas literarias.
Enero 2016.
Joaquín Dholdán (Montevideo, 1969), es un autor prolífico y polifacético. Ha escrito libros para niños y de cuentos, obras teatrales y novelas. Conduce un programa de radio de entrevistas a artistas,Diálogos comanches, en una emisora de radio de Sevilla, ciudad donde reside. Hace unas semanas nos recibía en su clínica de la calle Feria (es odontólogo), para charlar sobre Cómo desactivar un hombre bomba, su última novela corta, publicada por la editorial Anantes.
Cómo desactivar a un hombre bomba surge de un compromiso personal de Joaquín Dholdán. ¿Cuál es el contexto de ese compromiso?
Todo comienza a raíz de mis viajes al Sáhara como odontólogo. En Dajla, que es uno de los campos de refugiados que están más metidos en el desierto, no había hospital, y la gente de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui en Sevilla formaron un hospital y tenían la intención de montar un gabinete odontológico y fue así como empecé a ir al Sáhara. Estos viajes, además de la labor sanitaria, siempre acaban teniendo un resultado literario. Unos de los amigos que hice en el Sáhara, era un tipo muy interesante y con un discurso claro y profundo; una persona muy especial, más o menos de mi edad. En una de nuestras conversaciones nocturnas, me comentó que él manejaba como una opción posible de futuro ser un mártir para llamar la atención sobre la tragedia que está viviendo esta gente, que lleva cuarenta años esperando una solución pacífica; después de tantos años de espera no hay violencia mayor.
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