Si hay algún animal que siempre ha acompañado al ser humano en la mayoría de las culturas, es el caballo. Ha sido utilizado en la guerra, en el transporte, en la agricultura, como fuente de alimento o como valor estético. Adornado, cuidado, protegido, mimado, metáfora de potencia en el motor y símbolo de libertad.
El caballo como recurso retórico en los mitos para hablar de poder y honor, se le han sumado atributos mágicos para aumentar su poder: alas, cuernos o cuerpos humanos. Montar en él nos hace sentir poderosos. Siempre presente en las representaciones de reyes y generales victoriosos, herramienta de guerra hasta bien entrado el siglo XX.
Su valor es la honestidad, la integridad, la fidelidad, la pasión, la belleza, la bondad, la empatía y la generosidad. Transmite paz y equilibrio. En ocasiones es utilizado para terapias psicológicas con personas con trastornos sociales o con déficit de confianza. Un animal inteligente y trabajador con el que siempre es posible contar.
Las cualidades relacionadas con la empatía y la diligencia para colaborar suelen ser bien recibidas en la sociedad. La capacidad de ser útil está relacionada con el equilibrio entre los valores individuales y sociales, no solo es importante la valentía y la fortaleza, sino que también es clave que esas excelencias se pongan al servicio del grupo y se equilibren con la templanza y la fidelidad.
Atrévete a crear tu propio animal mitológico: mitad caballo mitad lo que desees.