Onofre Rojano nace en Sevilla en enero de 1943. En el año 1967 publica su primera obra, Las horas caídas, comenzando así una prolífica carrera literaria que incluye más de una treintena de títulos en los que demuestra ampliamente su magisterio en el teatro, la prosa y la poesía. Algunos de sus poemarios más conocidos son Gentes del sur (1973), Vegetal silencio (1992) y Escalera de incendios (2006).

En 1977 funda, junto con otros escritores, el Grupo Poético Barro, siendo codirector de la Colección “Vasija” de Poesía, editada por Barro desde 1978. Actualmente es uno de los escritores sevillanos más galardonados. A lo largo de su trayectoria ha recibido más de 30 premios literarios entre los que destacan el Antonio Machado (Sevilla, 2007), el Cálamo de Poesía erótica (Gijón, 2011) o el Francisco de Quevedo (Madrid (1991).

 

Algunas de sus obras:

1967 Las horas caídas (Editorial González Cabanas. Sevilla)
1973 Gentes del sur (Tema Sur. Grupo Canícula de Sevilla)
1975 Poesías para llorar en la oficina (Editorial Zambrano. Sevilla)
1979 Del verde al hombre (Grupo BARRO. Sevilla)
1983 Canto a nadie (Serie Torre de la Plata/Gallo de Vidrio. Sevilla)
1984 Memoria de la ausencia (Diputación de Huelva)
1985 Amordazada luz (Centro de Estudios Darocenses. Zaragoza)
1986 Y el mar, únicamente (Bahía. Cádiz)
1987 El tiempo imaginado (Poetas Contemporáneos. Caja San Fdo. Sevilla)
1989 Venustus (Qrippo. Ayuntamiento Dos Hermanas. Sevilla)
1990 De quien persigue alacranes (Ayuntamiento de Valdepeñas)
1992 Vegetal silencio (Adonais. Madrid)
1993 Juego para solitarios (Ángaro. Sevilla)
1998 Flash de la memoria (Fenice. Madrid)
1999 1943 (Nervión. Bilbao)
2005 Vivir en víspera (Telira) Aranda de Duero)
2006 Escalera de incendios (Premio Antonio Machado. Sevilla)

Algunos premios:

* Premio Guipúzcoa de Teatro Castellano 1966
* Premio «Barahona de Soto» de Teatro Infantil 1971
* Premio «SEARUS» de Poesía 1978
* Premio Ignacio Sarda de Poesía 1982. (Zamora)
* Premio XVE Certamen de Poesía de Amor (Bollullos Par del Condado. Huelva)
* Premio «Gallo de Vidrio» 1983, (Sevilla)
* Premio Teatro Corto, (Mejor Autor Andaluz) 1982. Lucena (Córdoba)
* Premio «José María Morón» de Poesía, TV Edición, (Cuenca Minera de Huelva)
* I Premio Internacional de Poesía «Ildefonso – Manuel Gil» /Daroca. Zaragoza)
* Premio IV Certamen Poético «Diego Bautista Prieto» (Provincia de Cádiz)
* Premio «Bahía» de Poesía 1985. (Algeciras. Cádiz)
* Finalista Premio «Calderón de la Barca» de Teatro
* II Premio de Teatro «Consell Municipal de Les Corts» (Ayuntamiento de Barcelona)
* Premio «ORIPPO» de Poesía 1988. (Ayuntamiento de Dos Hermanas. Sevilla)
* Premio «Jesús Delgado Valhondo» de Poesía (Ayuntamiento de Mérida)
* Premio Internacional de Poesía «Juan Alcaide» (Ayuntamiento de Valdepeñas)
* Premio «Francisco de Quevedo» 1991 (Ayuntamiento de Madrid)
* Accésit Premio «Ángaro» 1993
* Premio Nervión de Poesía (Bilbao) 1998
* Premio Poesía Mística de Malagón (C. Real) 1998
* Premio Villa de Aranda 2004 (Burgos)
* Premio Antonio Machado (Ayto. de Sevilla, Distrito Casco Antiguo)

 

 

Sobre la obra:

En La ciudad transida Onofre Rojano entrega sus mejores versos a Sevilla, homenajeándola con una colección de poemas en los que la ciudad despliega todo su encanto, belleza y sensualidad. El poeta nos invita a un paseo por su ciudad, la que él conoce, la que le cautiva y le emociona, la que le despierta la nostalgia y la que le hace desear que esos instantes fueran duraderos y no se empañaran con una realidad que a veces es dolorosa. En este paseo literario los versos se transforman en un álbum fotográfico donde tienen cabida tanto la tradición centenaria de los seises como la exuberancia arquitectónica de las setas de la Encarnación, los rincones más conocidos y los más secretos, los tonos sepia de una antigua procesión del corpus con los flashes y cámaras digitales de los enjambres de turistas irrumpiendo en la recoleta plaza de Santa Marta.

La ciudad transida nos muestra a una Sevilla fotogénica, que se presta al juego de ser poetizada, y en sus imágenes encontramos un testimonio personal de amor y nostalgia, de queja y melancolía entre la realidad y el deseo.

 

[…] Qué se puede decir de esta ciudad

—esta invicta doncella de la gracia—,

abierta cual herida de amor y siempreviva.

Asunta en la frescura del río de la noche,

engalanada como una novia en fiesta.

 

 

 

 

 

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